Para comprender mejor este tema, partamos por saber en qué consiste la lámina de policarbonato sólido es un termoplástico con propiedades en cuanto a resistencia al impacto, resistencia al calor y transparencia óptica. La lámina policarbonato sólido, polímero formado de moléculas de Bisfenol-A, de unidades con grupos de carbonato, cuenta con una estructura resiste 200 veces mayor que la de vidrio, dicha propiedad permite que se elaboren láminas alveolares, también conocidas como “celulares”, con paredes de espesor. Esta lámina es ideal para utilizarla en la construcción de tragaluces y domos, con un desplazamiento acrílico en gran medida.
Por su parte, el policarbonato sólido es un material considerado como versátil, puesto que se puede cortar o formar en frío cuando se lleva a cabo su proceso de instalación. Es un material duradero, que además brinda ahorro en tiempo y en los costos de mano de obra, debido a que es fácil y práctica de instalar y manejar. Disponible en gran variedad de espesores, colores, protección UV y grados de seguridad, a su vez dispone de una buena resistencia al impacto elevado.
La lámina de policarbonato sólido tiene una gran transparencia, lo que proporciona una claridad y transmisión de luz hasta un 90%, por lo que se desempeña como un buen aislante eléctrico, acústico y térmico, por lo que no se deforma y mantiene su funcionalidad a diferentes temperaturas. Es una lámina, la cual puede ser fabricada para ser un retardante al fuego. Dispone de una garantía de 10 años contra el amarillamiento, tiene una alta estabilidad dimensional, es decir, elevada resistencia a la fluencia, así como a la intemperie, y una protección considerable contra rayos ultravioleta. Su beneficio al ser más resistente que el vidrio, a su vez mantiene un menor espesar que éste.