En tanto, el alambre de acero galvanizado tiene la capacidad de resistir la oxidación, es por ello que se vuelve útil para su aplicación al aire libre, como en vallas, ya que tendrá un buen desempeño ante la lluvia y climas húmedos que pueden oxidar rápidamente al alambre no galvanizado. La sal en los astilleros también contribuye a la presencia de la oxidación con gran parte del equipo en ese entorno.
Una de las principales características del alambre galvanizado es que funciona como un acero de refuerzo que se encarga de aportar un soporte extra a las secciones que deban permanecer juntas, o se emplea para transportar materiales, al juntarse en un mismo paquete para facilitar su traslado y almacenaje, lo que evita que exista un desorden por piezas sueltas. Sus beneficios en el mercado de la construcción abarcan su capacidad para soportar la tensión mecánica, así como ser un material de los más ligeros del mercado.
De igual forma, el alambre galvanizado tiene la ventaja de contar con una buena apariencia y por no sufrir cambios en sus propiedades al estar a la intemperie. También, es un alambre de acero que se destaca por ser resistente a golpes o raspaduras gracias a su aleación hierro zinc. Por otra parte, por su sección circular tiene fines industriales y de construcción, en donde su flexibilidad y rigidez con la se aprovechan para forma parte de un proyecto arquitectónico, se utiliza en cantidades grandes y puede permanecer temporalmente en una obra.
El alambre galvanizado al ser un producto derivado del acero es fácil de manipular por lo cual se suele emplear como principal producto en los procesos industriales. Asimismo, este alambre se ofrece en precios accesibles, además de tener una alta demanda por cantidades que superan las 5 toneladas, por lo que su precio mejora. Por ello, se recomienda adquirir este alambre al mayoreo, para atender las necesidades estructurales de un proyecto, debido a que la durabilidad del producto rebasa los 20 años de uso.